El Colegio de Veterinarios resalta la importancia capital de la labor de este colectivo profesional en la salud y vida cotidiana de las personas en el Día Mundial de la Seguridad Alimentaria. El veterinario garantiza los estándares de inocuidad de los alimentos en base a la calidad de los productores y de su control oficial, hoy día son de los más altos de Europa.  La seguridad alimentaria en los hospitales está garantizada a un proceso en el que está presente la figura del bromatólogo-veterinario

 

El 7 de junio se conmemora el Día Mundial de la Seguridad Alimentaria. Por dicho motivo y con el ánimo de poder lograr una de sus principales misiones como colectivo profesional, el Colegio Oficial de Veterinarios de Cádiz pone en valor el papel fundamental que el veterinario de salud pública juega en este ámbito, no solo en la garantía de alimentos sanos, sino también en la concienciación de los ciudadanos de la falta de alimentos en países no desarrollados. 

Jesús Fernández, secretario del Ilustre Colegio de Veterinarios de Cádiz (COLVET Cádiz) y experto en Seguridad alimentaria; Mario De la Cueva, jefe de la dependencia funcional de Agricultura y Pesca de la Subdelegación del Gobierno y Ulises Sánchez, Bromatólogo Veterinario del Hospital de Puerto Real han informado en rueda de prensa de la importancia de la seguridad alimentaria en distintos ámbitos: restauración, hogar, hospital y de la  aplicación de estrategias y controles para garantizar que todos los alimentos sean seguros para el consumo. 

El objetivo fundamental del Día Mundial de la Salud Alimentaria es la reivindicación y puesta en valor del veterinario de Salud Pública como profesional garante de la Salud Alimentaria con un papel fundamental en la vida cotidiana de la sociedad y que no es nuevo, pues ya en la primera ley General de sanidad  de 1855 se contempla la veterinaria en el consejo Nacional de Sanidad, una importante labor de esta profesión durante tantos años  para llegar a que hoy consideremos  habitual consumir nuestros alimentos en condiciones inocuas , parte de este éxito esta sustentado en la tarea continuada del veterinario de Salud Pública.

El veterinario de Salud Pública trabaja en el ámbito de la prevención, promoción y protección de la salud tanto en el ámbito privado desde la formación y el asesoramiento de empresas alimentarias, Como desde el ámbito público en el control y la supervisión de cumplimiento de la normativa de éstas. No se puede olvidar la importante labor que desarrollan otros profesionales en el ámbito de la investigación. Todos  bajo la  misión de la obtención eficiente de que los  alimentos sean seguros e inocuos y  proporcionar salud y la población.  Siempre alineados con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO),  que desde la Cumbre Mundial de la Alimentación (CMA) del  1996, adopta una nueva definición: "La Seguridad Alimentaria a nivel de individuo, hogar, nación y global, se consigue cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias, con el objeto de llevar una vida activa y sana”.

La actividad cotidiana de los controles se centran en la comprobación de que existen medidas prevención u control de peligros  eficaces para la  eliminación de los riesgos para la salud  humana derivados de la contaminación física, química o biológica del medio ambiente donde el hombre vive y trabaja, y de los alimentos que consume.

Falta de conocimiento

La Salud Pública puede definirse como el esfuerzo organizado por la sociedad para prevenir la enfermedad, proteger, promover y restaurar la salud, y así mejorar y prolongar la vida. Por tanto, es competencia de los veterinarios de Salud Pública, dentro del ámbito de la seguridad alimentaria, trabajar para mejorar la salud de la población, o sea,  contribuir a crear las condiciones más favorecedoras para la salud, promover las conductas individuales y estilos de vida más saludables; mediante el aseguramiento de alimentos inocuos,  promoción de alimentación saludable así como luchar contra la enfermedad trasmitida por estos.

Hoy día hay gran parte de los 800 colegiados de veterinarios de Cádiz se ocupan de la seguridad alimentaria   y desde la administración sanitaria, los ayuntamientos, agricultura medioambiente, educación, o bien desde el ámbito privado a través del asesoramiento de los operadores económicos tanto del sector primario (ganadería, agricultura) como del sector secundario (industrias alimentarias), trabajan de forma directa la Salud Pública desde el campo de la Seguridad Alimentaria. 

En este caso, su principal desempeño profesional se centra en la vigilancia y control sanitario -así como la formación para este ejercicio- de los alimentos o higiene alimentaria. Esta actividad está dirigida a la eliminación de los riesgos para la salud humana derivados de la contaminación física, química o biológica del medio ambiente donde el hombre vive y trabaja, y de los alimentos que consume.

La seguridad alimentaria existe cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana. - La Cumbre Mundial sobre la Alimentación (1996)

“Hoy por desgracia no solo podemos hablar de la segunda definición, (inocuidad-calidad) que es a la que más nos dedicamos como profesionales de la salud en un país desarrollado en base a la calidad de los productores y de su control oficial, hoy día son de los más altos de Europa.   La crisis en la que entramos hace unos años y la que ha potenciado la invasión bélica de Ucrania hace que tengamos que hablar también hoy de falta de alimentos”, asevera Jesús Fernández, secretario de COLVET Cádiz. 

 

De acuerdo con las previsiones iniciales de la FAO sobre la producción mundial de cereales en 2022 y la utilización en 2022/23, la producción de cereales no sería suficiente para satisfacer las necesidades de utilización previstas, lo que llevaría a una contracción del 0,4 % de las reservas mundiales de cereales respecto de sus niveles iniciales, ubicándose en 847 millones de toneladas. 

De confirmarse los niveles de utilización y reservas previstos actualmente, la relación entre las reservas y la utilización de cereales a nivel mundial disminuiría del 30,5 % de 2021/22 a un 29,6 % en 2022/23, es decir, el nivel más bajo desde 2013/14.